Urbanismo y Transporte N°2
Por Andrés Villaseca
Nos corresponde en esta segunda columna de Urbanismo y Transporte, analizar una posible solución al problema de transporte y por lo tanto de calidad de vida para la ciudad de Santiago, que se produce por el sostenido aumento de los tiempos de desplazamiento y contaminación atmosférica y acústica.
Las problemáticas que se exponen en dichos análisis resultan ser muy similares, relacionándose en todos los casos en tres puntos claves presentes en las grandes ciudades de países en desarrollo.
- Existe un sostenido aumento del parque automotriz, que trae consigo un aumento de los viajes en transporte privado en desmedro del transporte público.
- Hay una restricción presupuestaria importante, que amerita a una evaluación de proyectos con resultados altamente competitivos.
- Las soluciones de las políticas de transporte deben ser eficientes y sostenibles en el tiempo, donde el uso del espacio público sea armónico con la ciudad y evite infraestructura que genere por ejemplo, segregación, deterioro del espacio público o pérdida de plusvalía de las propiedades colindantes.
Al analizar la estructura radial de viajes que tiene la ciudad de Santiago, es posible constatar que una parte importante de dichos viajes se dan en la periferia y tienen como destino un sector muy concentrado en el centro de la ciudad. Las políticas públicas de provisión de infraestructura, han fortalecido este fenómeno ya que actúan intentando satisfacer la demanda. En el fondo es un círculo vicioso que en el estado terminal puede terminar con todos los viajes llegando a un mismo punto, requiriéndose una infraestructura infinita para satisfacerlos.
El primer intento de solución al problema planteado, es una modificación en el volumen de la demanda total de los viajes, lo que puede ser justificado por la penetración del teletrabajo y modalidades laborales no presenciales. En términos sencillos es que puedan disminuirse viajes que no sea estrictamente necesario hacerlos de manera física, dadas las tecnologías actuales y la validación social de esta costumbre.
El segundo intento de solución, pretende generar una modificación estructural de la ciudad, donde por ejemplo, se realice un cambio en el Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS) creando nuevos focos empresariales, industriales y de servicios, que permitan cambiar la estructura espacial de los viajes que se hacen habitualmente. En este sentido, el modo más objetivo de realizar este propósito es analizar cambios en los actuales usos de suelo y considerar a partir de estos cambios, obtener las modificaciones en la estructura de viajes. No es lógico que la zona de Puente Alto y San Bernardo, no tengan una concentración de empresas similares a los parques industriales de Santiago Norte.
Dejaremos para la siguiente columna, 2 escenarios adicionales de mejoras de la movilidad de la ciudad de Santiago, que por cierto son compatibles y complementarios con los ya mencionados.
Columna publicada por Atmósfera Magazine.